Los estatutos de la Fundación Louisenlund, redactados en 1949, establecen:
"El propósito de la fundación es educar a los jóvenes sobre una base moral y espiritual para que se conviertan en personas amantes de la verdad, de mente abierta, intrépidas y autosuficientes, que no estén sujetas a los instintos de la masa y que sirvan consciente y voluntariamente a la comunidad. Las posibilidades de formación intelectual, artística, física y práctica se utilizan adecuadamente y se combinan para formar un todo armonioso".
Para dominar los retos del mañana, es crucial verse a uno mismo como parte de la comunidad (global) y estar preparado no sólo para tomar, sino también para invertir. Desde su creación, la Fundación Louisenlund se ha centrado en una comunidad fuerte. Esto nos permite no sólo dar a los jóvenes las herramientas para el éxito en su futura vida académica y profesional, sino también prepararlos para convertirse en miembros activos y responsables de la sociedad.
Louisenlund es un lugar donde pueden desarrollarse personalidades que tienen valor, asumen responsabilidades y se ofrecen voluntariamente para servir a la comunidad.